Entomología Forense
Los restos de un cuerpo
en descomposición proveen un microhábitat temporario que ofrece cambios
progresivos, suministrando recursos de alimento a una amplia gama de organismos
entre los que abundan los estadios inmaduros, quizás como consecuencia de lo
efímero de este particular microambiente. El tiempo que transcurre desde que se
produce el deceso hasta la llegada de los primeros artrópodos depende de las
especies (“species-specific”) y del micro-hábitat de cada cadáver.
La colonización de un
cadáver está regida no sólo por factores autogénicos (producción de olores
atractivos, temperatura de la descomposición, etc), sino también por factores
alogénicos entre los que se destacan la temperatura ambiente, humedad, lluvia y
abundancia de insectos; estas variables están condicionadas por la
estacionalidad, principalmente en las regiones templadas.
La rama de la
entomología que estudia la fauna de insectos sobre un cadáver para estimar la
fecha de la muerte es la ENTOMOLOGÍA FORENSE. La fauna de invertebrados sobre
cuerpos animales muertos está formada en gran proporción por insectos; la forma
más simple de aplicación forense está basada en el estudio de la secuencia con
que los insectos que aparecen sobre los cadáveres.
La
Entomología Forense es el estudio de los insectos y otros artrópodos hallados
sobre cadáveres, a fin de fechar el deceso (determinación del Intervalo
post-mortem) y cuando es posible, determinar circunstancias que lo rodearon o
que lo siguieron. La entomología
forense interpreta la información que suministran los insectos como testigos
indirectos de un deceso, cuando la patología clásica no provee todos los datos
necesarios para resolver un caso.
Los objetivos principales de esta ciencia son: Determinar el Intervalo
Post Mortem a través del estudio de la fauna cadavérica, establecer la época
del año en que ocurrió la muerte y verificar si un cadáver ha sido trasladado.
De igual manera, esta ciencia puede ser utilizada para vincular al sospechoso
con la escena de crimen o a su presencia anterior en el lugar de los hechos,
relacionando la actividad de llegada de los insectos con los grupos que se
encuentran en un área determinada.
Las moscas son los primeros animales que llegan a un cadáver. Su ciclo de
vida permite determinar el intervalo post-mortem, si se considera el tiempo que
tardan en pasar de un estado a otro. La metamorfosis completa de la mosca
consta de cuatro estados bien definidos: El huevo es seguido por un período
larval de intensa actividad alimenticia, con posterior ingreso a uno de
inmovilidad (pupa), período en el cual se desarrollan las características del
adulto, quien surge pasadas una o dos semanas; después de este tiempo aparecen
otros organismos con ciclos de vida bien determinados.
Evolución
Histórica de la Entomología Forense
El primer documento encontrado sobre entomología forense se remonta al
siglo XIII en China, donde se reporta que el Investigador Sung Tzu investigaba
el caso en el que un granjero había sido muerto en un campo de arroz con un
arma afilada. Todos los sospechosos fueron congregados y se les dijo que pongan
sus hoces en la tierra. Ninguna evidencia obvia podría verse, pero una hoz
atrajo numerosos moscardones, al parecer, debido a los rastros invisibles de
sangre en la hoja. El dueño de la hoz, cuando confrontó esta evidencia
entomológica, reconoció la matanza.
El naturalista Redi
(siglo XVII), demostró que los gusanos de los cadáveres no se generaban
espontáneamente, sino que provenían de los huevos depositados por moscas y que
se volverían a transformar en moscas adultas. El informe médico-legal de
Bergeret (1850) al tratar de datar el deceso de un neonato basándose sobre las
larvas halladas en los restos, constituye la primera aplicación de la
entomología forense (Benecke, 2001).
Si bien Bergeret, en el año 1850, tuvo inicialmente la idea de aplicar la
entomología a la determinación de la data de la muerte, fueron los trabajos del
entomólogo francés Pierre Mégnin, quien investigaba junto con Brouardel, de la
Universidad de París, los que establecieron un concepto que perduró hasta la
actualidad. Estos investigadores dividieron a los insectos y ácaros que se
alimentaban del cadáver en ocho Oleadas o Legiones, según el estado de
descomposición del cuerpo. Mégnin acuñó la expresión “Cuadrillas de la muerte”
para designar al conjunto de insectos que interactuaban para producir la
destrucción del cuerpo en un período determinado.
En el año 1975, el médico belga Marcel Leclercq retoma el tema de la
datación del deceso. Como el clima belga es semejante al de Francia, adaptó las
“legiones” propuestas Mégnin y sus estimaciones en el IPM. Agrega un concepto
que aclara el panorama, al dividir a los organismos invasores en cuatro
categorías:
Especies
necrófagas: son las que se alimentan del cuerpo. Incluye
dípteros (Calliphoridae y Sarcophagidae) y coleópteros (Silphidae y
Dermestidae).
Especies
predadoras y parásitas de necrófagos: este es el segundo grupo más significativo del cadáver. Incluye
coleópteros como (Silphidae, Staphylinidae e Histeridae), dípteros
(Calliphoridae y Stratiomydae) e himenópteros parásitos de las larvas y pupas de
dípteros.
Especies
omnívoras: se incluyen aquí grupos como las avispas,
hormigas y otros coleópteros que se alimentan tanto del cuerpo como de los
artrópodos asociados.
Especies
accidentales: aquí se incluyen las
especies que utilizan el cuerpo como una extensión de su hábitat normal, como
por ejemplo Collembola, arañas, ciempiés. Algunas familias de ácaros que pueden
alimentarse de hongos y moho que crece en el cuerpo.
En el año 1986, Kenneth Smith, del British Museum, publica “A Manual of
Forensic Entomology”, obra que revisa 527 trabajos publicados.
Sistema de
Mégnin (1855): Oleadas o Cuadrillas
Mégnin consideró ocho
oleadas:Primera oleada: Son los primeros insectos atraídos al cadáver fresco.
Segunda oleada: Los insectos son atraídos por el olor cadavérico.
Tercera oleada: Grasas rancias ("Fermentación Butírica").
Cuarta oleada: Proteínas en descomposición ("Fermentación Caseica o Proteica").
Quinta oleada: Los tejidos se licuan y forman el putrícartilago ("Fermentación Amoniacal").
Sexta oleada: Desecación del cadáver por ácaros.
Séptima oleada: El cadáver está completamente desecado y los insectos que lo habitan roen los tejidos.
Octava oleada: Desaparición de los restos de oleadas anteriores.
Sistema
Moderno: Etapas de descomposición
Early & Goff (1986)
proponen dividir el proceso de la descomposición en vertebrados en cinco etapas
discretas, las cuales forman un patrón generalizado que se aplica a la mayoría
de los estudios.
1.
Etapa
fresca: desde el momento de la muerte hasta que se hace
evidente la distensión abdominal. Los primeros insectos que llegan al cadáver
son moscas de las familias Calliphoridae y Sarcophagidae, que depositan sus
huevos o larvas, según la familia, en las aberturas naturales de la cabeza y
regiones anogenitales, así como en heridas cuando las hay.
2. Etapa
enfisematosa: abdomen distendido por los gases producidos por
las actividades metabólicas de las bacterias anaerobias. Los adultos de
Calliphoridae muestran una fuerte atracción por esta etapa.
3.
Etapa
de putrefacción: la piel se rompe, dejando escapar los gases. Predominan
las masas de larvas de Diptera, como también los adultos y larvas de Coleoptera
de las familias Staphylinidae e Histeridae; en la última etapa se observan
grandes números de necrófagos y de predadores.
4.
Etapa
post putrefacción: restos reducidos a piel, cartílago y hueso. Los
adultos y larvas de Coleoptera pasan a ser el grupo predominante en los
hábitats xerófilos y mesófilos (Goff et al. , 1993). En hábitats húmedos suelen
ser desplazados por otros taxa de Diptera (Tullis & Goff, 1987).
5.
Etapa
esquelética: huesos y pelo. Presencia de ácaros en el suelo.
Las variaciones de la fauna del suelo pueden ser detectables luego de meses o
aun años, dependiendo de las condiciones locales (Goff, 1998, 1991).
Sucesión de artrópodos
en las diferentes fases de descomposición de un cuerpo (tiempo expresado en
días)
ARTRÓPODOS
ASOCIADOS |
ESTADOS DE DESCOMPOSICIÓN
|
|||||||||||||||||||||||
Cromático enfisematoso colicuativo red.esquelética
|
||||||||||||||||||||||||
Orden
/Familia
|
1
|
2
|
3
|
4
|
5
|
6
|
7
|
8
|
9
|
10
|
11
|
12
|
13
|
14
|
15
|
20
|
30
|
40
|
50
|
60
|
80
|
100
|
150
|
365
|
Diptera:
|
||||||||||||||||||||||||
Calliphoridae
|
||||||||||||||||||||||||
Sarcophagidae
|
||||||||||||||||||||||||
Muscidae
|
||||||||||||||||||||||||
Piophilidae
|
||||||||||||||||||||||||
Fanniidae
|
||||||||||||||||||||||||
Hymenoptera:
|
||||||||||||||||||||||||
Vespidae
|
||||||||||||||||||||||||
Formicidae
|
||||||||||||||||||||||||
Coleoptera:
|
||||||||||||||||||||||||
Staphylinidae
|
||||||||||||||||||||||||
Dermestidae
|
||||||||||||||||||||||||
Histeridae
|
||||||||||||||||||||||||
Scarabaeidae
|
||||||||||||||||||||||||
Tenebrionidae
|
||||||||||||||||||||||||
Cleridae
|
||||||||||||||||||||||||
Silphidae
|
||||||||||||||||||||||||
Dermaptera:
|
||||||||||||||||||||||||
Collembola:
|
||||||||||||||||||||||||
Blattaria:
|
||||||||||||||||||||||||
La
datación del intervalo post-mortem ( PMI ):
Existen dos métodos
para determinar el tiempo transcurrido desde la muerte usando la evidencia de
los insectos. El primero utiliza la edad de las larvas y la tasa de desarrollo
(fig. 1). El segundo método utiliza la sucesión de insectos en la
descomposición del cuerpo. Ambos métodos se pueden utilizar por separado o
conjuntamente siempre dependiendo del tipo de restos que se estén estudiando.
Por lo general, en las primeras fases de la descomposición las estimaciones se
basan en el estudio del crecimiento de una o dos especies de insectos,
particularmente dípteros, mientras que en las fases más avanzadas se utiliza la
composición y grado de crecimiento de la comunidad de artrópodos encontrada en
el cuerpo y se compara con patrones conocidos de sucesión de fauna para el
hábitat y condiciones más próximas.
Los parámetros médicos
son utilizados para determinar el tiempo transcurrido desde la muerte cuando
éste es corto, pero después de las 72 horas la entomología forense puede llegar
a ser más exacta y con frecuencia es el único método para determinar el
intervalo postmortem.
Existen casos de
homicidios en que la víctima es trasladada o asesinada en lugares remotos, lo
que retrasa su hallazgo. Hay homicidios en los cuales las víctimas tardan meses
en ser descubiertas, y en estos casos es muy importante determinar el tiempo
transcurrido desde la muerte.
Los insectos son con
frecuencia los primeros en llegar a la escena del crimen, y además llegan con
una predecible frecuencia, como ya ha sido mencionado anteriormente (Anderson,
1995).
A pesar de todo, es muy
importante tener en cuenta, que la entomología forense se basa en el estudio de
elementos biológicos, por lo que posee las limitaciones inherentes a la propia
variabilidad de estos elementos. La determinación del PMI es en realidad la
determinación de la actividad de los artrópodos, más que la determinación del
tiempo per se (Goff, 1993).
Así es posible en
determinados casos que la data dada por el entomólogo no coincida con la data
proporcionada por el médico forense que ha practicado la autopsia; esto puede
ocurrir, bien porque los insectos no hayan colonizado el cadáver en los
primeros días después de producirse la muerte (lugares de difícil acceso para
los insectos, casas perfectamente cerradas, etc.), o por ejemplo en los casos
de abandono y malos tratos en niños y ancianos pueden existir heridas y
lesiones que por su falta de higiene sean colonizadas por los insectos antes de
producirse la muerte de la persona (fig. 2).
Así pues para una
correcta estimación del intervalo postmortem (PMI) mediante la entomología hay
que tener en cuenta que cada caso es único y diferente de los demás. Aunque el
proceso siga una secuencia general de eventos. Esta secuencia general es
presentada por Catts & Haskell en su monografía "Entomology and Death:
A Procedural Manual" que nos indica un modo general de actuación:
- Determinar la fase o estado físico de descomposición en que se encuentra el cuerpo.
- Realizar un estudio exhaustivo de los insectos que se encuentran sobre el cadáver así como de los recogidos debajo de él para descartar la posibilidad de que el cadáver haya sido trasladado de lugar. Si se tiene alguna sospecha sería necesario un examen adicional tanto de los restos como de las áreas cercanas.
- Clasificar los especímenes recogidos tanto de los restos como de la escena del crimen lo más exactamente posible. Criar los estados inmaduros hasta el estadio adulto para su correcta identificación. La conservación de estos estadios inmaduros debe ser correcta para no afectar al tamaño que poseen en el momento de la recogida. La distribución estacional, geográfica y ecológica de cada grupo debe ser determinada bien por la literatura o por alguna persona cualificada para ello.
- En los cadáveres encontrados al aire libre, es imprescindible recolectar datos como la temperatura, pluviosidad, nubosidad, etc. además de factores como vegetación, arbolado, desniveles del terreno etc. Para las escenas en el interior es igualmente necesario anotar temperatura, existencia de calefactores automáticos, posición del cadáver con respecto a las puertas y ventanas, así como cualquier otro detalle que nos pueda dar información de cómo y cuándo han llegado los insectos al cadáver.
- Durante la autopsia es importante tomar nota de la localización exacta de los artrópodos en el cuerpo, así como de la causa y manera de la muerte. También es importante anotar si existe evidencia de la administración antemortem de algún tipo de drogas o productos tóxicos dado que la presencia de este tipo de sustancias puede alterar la tasa de desarrollo y los patrones de insectos que se hayan alimentado de los restos.
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