miércoles, 18 de enero de 2012

Entomología Forense


Entomología Forense

Los restos de un cuerpo en descomposición proveen un microhábitat temporario que ofrece cambios progresivos, suministrando recursos de alimento a una amplia gama de organismos entre los que abundan los estadios inmaduros, quizás como consecuencia de lo efímero de este particular microambiente. El tiempo que transcurre desde que se produce el deceso hasta la llegada de los primeros artrópodos depende de las especies (“species-specific”) y del micro-hábitat de cada cadáver. 

La colonización de un cadáver está regida no sólo por factores autogénicos (producción de olores atractivos, temperatura de la descomposición, etc), sino también por factores alogénicos entre los que se destacan la temperatura ambiente, humedad, lluvia y abundancia de insectos; estas variables están condicionadas por la estacionalidad, principalmente en las regiones templadas.

La rama de la entomología que estudia la fauna de insectos sobre un cadáver para estimar la fecha de la muerte es la ENTOMOLOGÍA FORENSE. La fauna de invertebrados sobre cuerpos animales muertos está formada en gran proporción por insectos; la forma más simple de aplicación forense está basada en el estudio de la secuencia con que los insectos que aparecen sobre los cadáveres. 

La Entomología Forense es el estudio de los insectos y otros artrópodos hallados sobre cadáveres, a fin de fechar el deceso (determinación del Intervalo post-mortem) y cuando es posible, determinar circunstancias que lo rodearon o que lo siguieron. La entomología forense interpreta la información que suministran los insectos como testigos indirectos de un deceso, cuando la patología clásica no provee todos los datos necesarios para resolver un caso.

Los objetivos principales de esta ciencia son: Determinar el Intervalo Post Mortem a través del estudio de la fauna cadavérica, establecer la época del año en que ocurrió la muerte y verificar si un cadáver ha sido trasladado. De igual manera, esta ciencia puede ser utilizada para vincular al sospechoso con la escena de crimen o a su presencia anterior en el lugar de los hechos, relacionando la actividad de llegada de los insectos con los grupos que se encuentran en un área determinada.

Las moscas son los primeros animales que llegan a un cadáver. Su ciclo de vida permite determinar el intervalo post-mortem, si se considera el tiempo que tardan en pasar de un estado a otro. La metamorfosis completa de la mosca consta de cuatro estados bien definidos: El huevo es seguido por un período larval de intensa actividad alimenticia, con posterior ingreso a uno de inmovilidad (pupa), período en el cual se desarrollan las características del adulto, quien surge pasadas una o dos semanas; después de este tiempo aparecen otros organismos con ciclos de vida bien determinados.

Evolución Histórica de la Entomología Forense

El primer documento encontrado sobre entomología forense se remonta al siglo XIII en China, donde se reporta que el Investigador Sung Tzu investigaba el caso en el que un granjero había sido muerto en un campo de arroz con un arma afilada. Todos los sospechosos fueron congregados y se les dijo que pongan sus hoces en la tierra. Ninguna evidencia obvia podría verse, pero una hoz atrajo numerosos moscardones, al parecer, debido a los rastros invisibles de sangre en la hoja. El dueño de la hoz, cuando confrontó esta evidencia entomológica, reconoció la matanza.

El naturalista Redi (siglo XVII), demostró que los gusanos de los cadáveres no se generaban espontáneamente, sino que provenían de los huevos depositados por moscas y que se volverían a transformar en moscas adultas. El informe médico-legal de Bergeret (1850) al tratar de datar el deceso de un neonato basándose sobre las larvas halladas en los restos, constituye la primera aplicación de la entomología forense (Benecke, 2001). 

Si bien Bergeret, en el año 1850, tuvo inicialmente la idea de aplicar la entomología a la determinación de la data de la muerte, fueron los trabajos del entomólogo francés Pierre Mégnin, quien investigaba junto con Brouardel, de la Universidad de París, los que establecieron un concepto que perduró hasta la actualidad. Estos investigadores dividieron a los insectos y ácaros que se alimentaban del cadáver en ocho Oleadas o Legiones, según el estado de descomposición del cuerpo. Mégnin acuñó la expresión “Cuadrillas de la muerte” para designar al conjunto de insectos que interactuaban para producir la destrucción del cuerpo en un período determinado.

En el año 1975, el médico belga Marcel Leclercq retoma el tema de la datación del deceso. Como el clima belga es semejante al de Francia, adaptó las “legiones” propuestas Mégnin y sus estimaciones en el IPM. Agrega un concepto que aclara el panorama, al dividir a los organismos invasores en cuatro categorías:

Especies necrófagas: son las que se alimentan del cuerpo. Incluye dípteros (Calliphoridae y Sarcophagidae) y coleópteros (Silphidae y Dermestidae).

Especies predadoras y parásitas de necrófagos: este es el segundo grupo más significativo del cadáver. Incluye coleópteros como (Silphidae, Staphylinidae e Histeridae), dípteros (Calliphoridae y Stratiomydae) e himenópteros parásitos de las larvas y pupas de dípteros.

Especies omnívoras: se incluyen aquí grupos como las avispas, hormigas y otros coleópteros que se alimentan tanto del cuerpo como de los artrópodos asociados.

Especies accidentales: aquí se incluyen las especies que utilizan el cuerpo como una extensión de su hábitat normal, como por ejemplo Collembola, arañas, ciempiés. Algunas familias de ácaros que pueden alimentarse de hongos y moho que crece en el cuerpo.

En el año 1986, Kenneth Smith, del British Museum, publica “A Manual of Forensic Entomology”, obra que revisa 527 trabajos publicados. 

Sistema de Mégnin (1855): Oleadas o Cuadrillas
Mégnin consideró ocho oleadas:
Primera oleada: Son los primeros insectos atraídos al cadáver fresco.
Segunda oleada: Los insectos son atraídos por el olor cadavérico.
Tercera oleada: Grasas rancias ("Fermentación Butírica").
Cuarta oleada: Proteínas en descomposición ("Fermentación Caseica o Proteica").
Quinta oleada: Los tejidos se licuan y forman el putrícartilago ("Fermentación Amoniacal").
Sexta oleada: Desecación del cadáver por ácaros.
Séptima oleada: El cadáver está completamente desecado y los insectos que lo habitan roen los tejidos.
Octava oleada: Desaparición de los restos de oleadas anteriores.


Sistema Moderno: Etapas de descomposición
Early & Goff (1986) proponen dividir el proceso de la descomposición en vertebrados en cinco etapas discretas, las cuales forman un patrón generalizado que se aplica a la mayoría de los estudios.
1.    
   Etapa fresca: desde el momento de la muerte hasta que se hace evidente la distensión abdominal. Los primeros insectos que llegan al cadáver son moscas de las familias Calliphoridae y Sarcophagidae, que depositan sus huevos o larvas, según la familia, en las aberturas naturales de la cabeza y regiones anogenitales, así como en heridas cuando las hay.

2. Etapa enfisematosa: abdomen distendido por los gases producidos por las actividades metabólicas de las bacterias anaerobias. Los adultos de Calliphoridae muestran una fuerte atracción por esta etapa.

3.    Etapa de putrefacción: la piel se rompe, dejando escapar los gases. Predominan las masas de larvas de Diptera, como también los adultos y larvas de Coleoptera de las familias Staphylinidae e Histeridae; en la última etapa se observan grandes números de necrófagos y de predadores.

4.    Etapa post putrefacción: restos reducidos a piel, cartílago y hueso. Los adultos y larvas de Coleoptera pasan a ser el grupo predominante en los hábitats xerófilos y mesófilos (Goff et al. , 1993). En hábitats húmedos suelen ser desplazados por otros taxa de Diptera (Tullis & Goff, 1987).

5.    Etapa esquelética: huesos y pelo. Presencia de ácaros en el suelo. Las variaciones de la fauna del suelo pueden ser detectables luego de meses o aun años, dependiendo de las condiciones locales (Goff, 1998, 1991). 

Sucesión de artrópodos en las diferentes fases de descomposición de un cuerpo (tiempo expresado en días)
ARTRÓPODOS
ASOCIADOS
ESTADOS DE DESCOMPOSICIÓN

Cromático enfisematoso colicuativo red.esquelética
Orden /Familia
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
20
30
40
50
60
80
100
150
365
Diptera:
























Calliphoridae

















































Sarcophagidae

















































Muscidae

















































Piophilidae

















































Fanniidae

















































Hymenoptera:
























Vespidae

















































Formicidae

















































Coleoptera:
























Staphylinidae

















































Dermestidae

















































Histeridae

















































Scarabaeidae

















































Tenebrionidae

















































Cleridae

















































Silphidae

















































Dermaptera:

















































Collembola:

















































Blattaria:

















































 La datación del intervalo post-mortem ( PMI ):
Existen dos métodos para determinar el tiempo transcurrido desde la muerte usando la evidencia de los insectos. El primero utiliza la edad de las larvas y la tasa de desarrollo (fig. 1). El segundo método utiliza la sucesión de insectos en la descomposición del cuerpo. Ambos métodos se pueden utilizar por separado o conjuntamente siempre dependiendo del tipo de restos que se estén estudiando. Por lo general, en las primeras fases de la descomposición las estimaciones se basan en el estudio del crecimiento de una o dos especies de insectos, particularmente dípteros, mientras que en las fases más avanzadas se utiliza la composición y grado de crecimiento de la comunidad de artrópodos encontrada en el cuerpo y se compara con patrones conocidos de sucesión de fauna para el hábitat y condiciones más próximas.

Los parámetros médicos son utilizados para determinar el tiempo transcurrido desde la muerte cuando éste es corto, pero después de las 72 horas la entomología forense puede llegar a ser más exacta y con frecuencia es el único método para determinar el intervalo postmortem.

Existen casos de homicidios en que la víctima es trasladada o asesinada en lugares remotos, lo que retrasa su hallazgo. Hay homicidios en los cuales las víctimas tardan meses en ser descubiertas, y en estos casos es muy importante determinar el tiempo transcurrido desde la muerte.

Los insectos son con frecuencia los primeros en llegar a la escena del crimen, y además llegan con una predecible frecuencia, como ya ha sido mencionado anteriormente (Anderson, 1995).

A pesar de todo, es muy importante tener en cuenta, que la entomología forense se basa en el estudio de elementos biológicos, por lo que posee las limitaciones inherentes a la propia variabilidad de estos elementos. La determinación del PMI es en realidad la determinación de la actividad de los artrópodos, más que la determinación del tiempo per se (Goff, 1993).

Así es posible en determinados casos que la data dada por el entomólogo no coincida con la data proporcionada por el médico forense que ha practicado la autopsia; esto puede ocurrir, bien porque los insectos no hayan colonizado el cadáver en los primeros días después de producirse la muerte (lugares de difícil acceso para los insectos, casas perfectamente cerradas, etc.), o por ejemplo en los casos de abandono y malos tratos en niños y ancianos pueden existir heridas y lesiones que por su falta de higiene sean colonizadas por los insectos antes de producirse la muerte de la persona (fig. 2).

Así pues para una correcta estimación del intervalo postmortem (PMI) mediante la entomología hay que tener en cuenta que cada caso es único y diferente de los demás. Aunque el proceso siga una secuencia general de eventos. Esta secuencia general es presentada por Catts & Haskell en su monografía "Entomology and Death: A Procedural Manual" que nos indica un modo general de actuación:
  • Determinar la fase o estado físico de descomposición en que se encuentra el cuerpo.
  • Realizar un estudio exhaustivo de los insectos que se encuentran sobre el cadáver así como de los recogidos debajo de él para descartar la posibilidad de que el cadáver haya sido trasladado de lugar. Si se tiene alguna sospecha sería necesario un examen adicional tanto de los restos como de las áreas cercanas.
  • Clasificar los especímenes recogidos tanto de los restos como de la escena del crimen lo más exactamente posible. Criar los estados inmaduros hasta el estadio adulto para su correcta identificación. La conservación de estos estadios inmaduros debe ser correcta para no afectar al tamaño que poseen en el momento de la recogida. La distribución estacional, geográfica y ecológica de cada grupo debe ser determinada bien por la literatura o por alguna persona cualificada para ello.
  • En los cadáveres encontrados al aire libre, es imprescindible recolectar datos como la temperatura, pluviosidad, nubosidad, etc. además de factores como vegetación, arbolado, desniveles del terreno etc. Para las escenas en el interior es igualmente necesario anotar temperatura, existencia de calefactores automáticos, posición del cadáver con respecto a las puertas y ventanas, así como cualquier otro detalle que nos pueda dar información de cómo y cuándo han llegado los insectos al cadáver.
  • Durante la autopsia es importante tomar nota de la localización exacta de los artrópodos en el cuerpo, así como de la causa y manera de la muerte. También es importante anotar si existe evidencia de la administración antemortem de algún tipo de drogas o productos tóxicos dado que la presencia de este tipo de sustancias puede alterar la tasa de desarrollo y los patrones de insectos que se hayan alimentado de los restos.

1 comentario:

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